Vamos a la cancha a ver un partidito de fútbol. Estamos en la platea, puteando tranquilos como corresponde, y entre jugada y jugada vamos pispeando a una hermosa chica sentada al lado nuestro. No sabemos cómo encarar el asunto (y el partido está llegando a su final) hasta que una jugada polémica nos da el balón pié para iniciar un diálogo abrupto. La piba, ni lerda ni perezosa, agarra el centro muy hábilmente y nos sigue la charla. Termina el partido con nuestro cierre habitual: la invitamos a comer a casa. Pero claro, la futbolera es una chica que va al frente y nos canta retruco sin dudar, “te invito yo a la mía”. Ok, nos toca jugar de visitante. ¿Qué hacemos entonces? A no desesperar. Llevamos un postre para preparar in situ y quedar como unos verdaderos galancetes.
El postre visitante: Mousse de chocolate casero
CALIGULA MILEI Y SU PERRO CONAN
Hace 10 meses
Y la receta??!!
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