Es viernes y se nos viene la noche. Llamamos a nuestros amigos y todos ya tienen planes que no nos incluyen, uno sale con una chica, el otro tiene un cumpleaños, etc.
Recurrimos entonces a esa vieja amiga para que nos salve la noche (no necesariamente amiga vieja, queda en gustos). Y así es, nos dice que en una hora llega a nuestro hogar. Tenemos tiempo para dos cosas: asearnos y hacerle algo rico para la cena.
Si bien a una vieja amiga podemos conformarla con poco proponemos cuidarla, darle un gusto sin romperse la cabeza ni el bolsillo, nunca se sabe cuántas salidas de emergencias más vamos a necesitar.
Abrimos la heladera y tenemos un pote de crema, dos huevos y una pechuga de pollo que sobró de ayer, que si no lo comemos hoy ya lo ibamos a tirar. En la alacena encontramos un poco de harina, aceite y sal. Aunque parezca poca cosa tenemos en nuestras manos un potencial plato delicioso.
El plato de emergencia: Fideos caseros a la crema de un pollo viejo
La salsa
Ingredientes
1 pote chico de crema
1 tasa de leche
1 pechuga de pollo viejo que estaba tirada en la heladera
1 cucharada de manteca
Sal y pimienta a gusto
Aceite de oliva
Arrancamosssssssssssssss.
Primero cortamos el pollo en pedazos chiquitos y los salteamos en un sartén con aceite de oliva. Cuando los vemos dorados agregamos la crema de leche, la leche y la manteca, salpimentamos y bajamos el fuego a mínimo. Dejamos que reduzca hasta que tome el espesor deseado para una salsa, unos 15 minutos aproximadamente.
Los fideos
Ingredientes
2 cuchadas de sal
2 cucharadas de aceite de oliva
200 grs de harina
2 huevos (de gallina)
Con los 200 grs de harina hacemos una corona y en el medio de la misma agregamos la sal, el aceite y los huevos.
Amasamos enérgicamente durante diez minutos, siempre agregando harina sobre la mesada para que la masa no se pegue. Luego comenzamos a plegar la masa en forma de pañuelo, eso significa que estiramos la masa y la doblamos a la mitad. Hacer ese procedimiento hasta tener una masa homogénea. Tapada por un trapo húmedo la dejamos descansar durante 10 minutos.
Pasado el tiempo de reposo espolvoreamos con harina y estiramos la masa con un palo de amasar hasta tener el grosor de unos dos milímetros. Si no tenemos palo de amasar podemos utilizar una botella vacía y LIMPIA de vino o cerveza.
Una vez estirada, la enrollamos como un pionono y la cortamos con cuchillo dando la forma de fideos del grosor que queramos.
El próximo paso es llenar una cacerola con agua, un poco de sal gruesa y aceite, y ponerla al fuego hasta que alcance el hervor. Cuando el agua esté hirviendo ya podemos bajar el fuego y tirar los fideos en ella.
Les recuerdo que la pasta fresca se cocina en cinco minutos y nos vamos a dar cuenta de que ya están cuando los mismos suban a la superficie.
Apenas empiecen a flotar los colamos y cortamos las cocción sumergiéndolos en agua fría.
A todo esto ya tendríamos que tener la salsa casi lista, el paso siguiente es agarrar los fideos ya fríos y agregarlos a la sartén con la salsa para que se terminen de cocinar y tomen el gusto de la misma. Dejamos dos o tres minutos y retiramos del fuego.
Para emplatar no nos olvidemos de rallar un poco de queso sardo para acompañar estos exquisitos fideos caseros.
Bon apetit!!!
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